¿Estás buscando la forma de que tu hijo se lave las manos cuando se lo mandas e incluso sin pedírselo? ¡Pon en práctica hoy mismo estas útiles estrategias!
CÓMO LAVARSE LAS MANOS:
Una guía que muestra a tu hijo cómo lavarse las manos, cuándo lavárselas y qué hay que hacer.
¿Cómo se hace?
Repasa con tu hijo estos consejos higiénicos. Le serán útiles cuando esté en la escuela y en cualquier momento.
¿Qué hay que hacer?
- Utiliza agua caliente y jabón y frótate las manos para hacer espuma.
- Lávate la palma y el dorso de las manos, así como entre los dedos.
- Frótate las manos durante 15 segundos como mínimo y aclara bien.
- Sécate las manos con una toalla limpia.
¿Cuando hay que lavarse?
-Antes de comer.
-Después de jugar fuera y al regresar de la escuela.
-Después de ir al servicio.
-Cuando tú (o alguien que ha estado contigo) está resfriado.
Recuerda:
-Utiliza un taburete para que tu hijo llegue al grifo.
-Regula tú mismo el agua caliente de modo que tu hijo no pueda quemarse. Los niños de 2 a 3 años nunca deben abrir el grifo solos.
QUÉ PIENSAN LOS NIÑOS:
¿Te preguntas por qué tu hijo no se lava las manos? ¡Ponte en su lugar!
¿Te preguntas por qué los niños no se lavan las manos cuando se lo mandas?. Y ¿cómo conseguirás que tu hijo se lave él solo las manos? Empieza enfocando la situación desde la perspectiva de tu hijo.
Piensa que tu hijo también tiene cosas importantes que hacer.
Es posible que tu hijo piense: “Siempre me pides que me lave las manos cuando me lo estoy pasando bien. No me metas prisa, por favor, ¿no ves que estoy jugando?” Algunos niños incluso mienten y dicen que se han lavado las manos sólo para poder seguir jugando.
Recuerda que es divertido ensuciarse, y que también puede serlo lavarse.
Tal vez tu hijo piensa: “Me gusta jugar con las manos y ensuciarme”. ¡Pero puedes recordarle que también le gusta jugar con el agua!
Ten en cuenta que los niños no entienden sobre los contagios de resfriados.
Cuando le dices a tu hijo que se lave las manos para no coger un resfriado, posiblemente no entienda qué quieres decir. Los niños acostumbran a vivir “al día”, sin preocuparse de si mañana estarán enfermos. También puede que tu hijo piense: “¿Microbios? ¿Qué microbios?” o “¿Cómo se puede coger un resfriado a través de las manos?”
Tal vez tu hijo piensa: “Me gusta aprender a hacer las cosas solo, pero todavía necesito que me hagas compañía.” Y la expresión “No puedo” puede significar “Necesito tu ayuda” o “Echo de menos la intimidad que había entre nosotros cuando me ayudabas.”
CONSEJOS ÚTILES PARA LAVARSE LAS MANOS:
Estas creativas estrategias te ayudarán a motivar a tu hijo.
A continuación te ofrecemos algunos consejos para animar a tu hijo a que se lave las manos, incluso sin que tú se lo ordenes.
A continuación te ofrecemos algunos consejos para animar a tu hijo a que se lave las manos, incluso sin que tú se lo ordenes.
Paso a paso:
El objetivo es que tu hijo se acuerde de cuándo tiene que lavarse las manos y de cómo se hace y que tome la iniciativa sin que tú tengas que decirle nada. Sigue los pasos indicados en el apartado “¿Cómo se hace?” y lávate las manos con tu hijo cada día a la misma hora. Pero tómate las “lecciones” con calma. Anima a tu hijo a avanzar un poco más cada vez y no pidas la perfección.
Procura que lavarse las manos sea un juego y no un suplicio. Puedes llenar de burbujas el lavamanos mientras os enjabonáis. Para asegurarte de que tu hijo se frota las manos con jabón durante el tiempo suficiente, contad juntos hasta 15 o cantad la canción preferida de tu hijo. También puedes componer tu propia canción y cantarla.
Conseguir que tu hijo haga las cosas solo es un proceso largo. En lugar de corregirlo o regañarlo, puedes decirle: "Muy bien. Ya sabes abrir el grifo y aclararte las manos. Ahora vamos a intentarlo con jabón." No esperes que tu hijo recuerde todos los pasos a la primera. Felicítalo por lo que ha hecho bien en lugar de centrar tu atención en lo que está mal. Así le ayudarás a adquirir confianza en sí mismo.
Estar demasiado pendiente de cada uno de los pasos o acciones puede resultar contraproducente. Si diriges toda la actividad, tu hijo no aprenderá a desenvolverse solo. Por otro lado, si le dejas completamente solo, puede que no aprenda a lavarse las manos de forma correcta. Detente y estudia cuál es el mejor enfoque. Cuando se trata de lavarse las manos, ¡siempre hay una próxima vez!
En lugar de decir: "¿Ya te has lavado las manos?" prueba con "Vamos a lavarnos las manos. ¡Ya es casi la hora de comer!" Si haces esto todos los días, quizá tu hijo empiece poco a poco a lavarse las manos sin que tengas que ordenárselo.
A los niños les encanta jugar a a "papás y mamás". Pídele a tu hijo que enseñe a lavarse las manos a una muñeca o peluche y que le explique por qué es importante hacerlo. Puedes hacer el papel de alumno y decir: "No quiero. Estoy jugando." O incluso hacer un poco el tonto y preguntar: "¿El jabón se pone en la cabeza?"
Muchos niños (especialmente los que se hallan en la etapa de preescolar) todavía están aprendiendo esta habilidad. En lugar de regañar a tu hijo puedes decir: "Déjame ver si tus manos están superlimpias." De esta forma centras tu atención en lo que es importante – la limpieza – y no en el hecho de que tu hijo haya olvidado lavarse las manos.
¡Puedo hacerlo solo!
“El deseo natural de los niños de convertirse en chicos mayores les motivará a aprender las habilidades que son necesarias para lavarse las manos solos. Siempre que sea posible, dale a tu hijo la oportunidad de elegir, por ejemplo: ‘¿Qué canción quieres cantar mientras nos lavamos las manos?’ o ‘¿Qué toalla quieres utilizar?’”“La confianza de los niños en sí mismos y sus habilidades no siempre coinciden. Estar cerca de tu hijo puede marcar una gran diferencia. Resulta paradójico que hacer las cosas con tu hijo le ayude a hacerlas solo; sin embargo, al dar a los niños la sensación de seguridad, estamos fomentando su independencia. Pronto tu hijo dirá: ‘Ya soy mayor y puedo lavarme las manos yo solo sin que nadie tenga que recordármelo.
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